Emisora Virtual de la Diócesis sonsón Rionegro

Es un simple instrumento que con el tesoro de la gracia divina define propósitos y líneas de acción en orden al cumplimiento de la misión de la Iglesia de anunciar en todo tiempo y lugar a Cristo, “el mismo ayer, hoy y siempre” (Hb. 13, 8), para que todos puedan participar por la fe de la plenitud de la vida divina, es decir, la vida trinitaria.

En otras palabras, un plan de pastoral es una herramienta que indica cómo hacer accesible la riqueza del Evangelio a todas las personas, en su contexto particular; en este sentido, refleja, de alguna forma, el movimiento mismo de la Encarnación.

“No se trata, pues, de inventar un nuevo programa. El programa ya existe. Es el de siempre, recogido por el Evangelio y la Tradición viva. Se centra, en definitiva, en Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e imitar, para vivir en él la vida trinitaria y transformar con él la historia hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celeste”(NMI, 29). Así, el objetivo de todo plan de pastoral es siempre el mismo, cómo hacer posible que este programa, que es Cristo, lo asuma cada persona con total libertad como principio fundamental de su propio proyecto de vida.

Se trata, por tanto, de un ejercicio que inspirado por el Espíritu de Dios nos “invita a recordar con gratitud el pasado, a vivir con pasión el presente y a abrirnos con confianza al futuro” (NMI 1) en orden, no a un activismo desbocado de mil cosas por hacer, sino a un proceso sereno de apertura a la acción de Dios para configurar nuestra vida con Cristo: «Marta, Marta: Tú te afanas y te preocupas por muchas cosas y sin embargo solo una es necesaria» ( Lc 10,41-42).

  • Es un plan corto y sencillo, que facilita su lectura y estudio.
  • Es un plan didáctico y a la vez técnico, con el fin de hacerlo comprensible, especialmente a los laicos.
  • Es un plan articulador que garantiza la unidad en la diversidad y la pluralidad de agentes, estructuras y acciones pastorales.
  • Es un plan de fácil ejecución, que precisa con claridad el camino y los modos de recorrerlo.
  • Es un plan que indica el camino, pero que involucra a todos en su construcción y recorrido.

Dios a través de muchas personas que, con sus oraciones, con sus sabias, serenas y prudentes sugerencias y con un gran amor por la Iglesia, bajo el pastoreo discreto, oportuno y acertado de monseñor Fidel León Cadavid Marín, se empeñaron en este proceso de discernimiento, formulación y diseño de esta nueva etapa pastoral para nuestra Iglesia particular de Sonsón-Rionegro.

Para la evaluación del plan 2011-2015 y para la formulación de esta nueva etapa pastoral de la diócesis, se aplicaron tres metodologías distintas pero complementarias, según lo ameritaron las circunstancias.

El Plan en general asumió la metodología que la diócesis ha implementado desde 1995, la de la Planeación Pastoral Participativa (PPP), que involucra a todos los agentes pastorales y al pueblo de Dios en la dinámica de la planeación pastoral.

Para el análisis de la realidad se aplicó la matriz DOFA, que analiza las características internas (debilidades y fortalezas), y la situación externa (amenazas y oportunidades).

Y para la formulación del plan se siguió el modelo propuesto por Simon Sinek que afirma la importancia de insistir más en el por qué y no tanto en el qué o el cómo, para obtener mejores resultados: ¿por qué la gente tiene necesidad de Dios?, ¿por qué la Iglesia anuncia el Evangelio?, ¿por qué el Evangelio es fundamental en la vida humana?, etc. Solo a partir del por qué, el qué y el cómo adquieren valor.

“La bendición de Dios es la que hace prosperar, y nada le añade nuestra fatiga” (Prov. 10, 22), sin embargo, esta verdad “no puede justificar una sensación de dejadez y menos aún llevarnos a una actitud de desinterés” (cf. NMI 15). Al contrario, la experiencia de la fe que palpita en el corazón de cada uno de nosotros debe suscitar un dinamismo nuevo, empujándonos a emprender con esperanza y entusiasmo iniciativas concretas, con la fuerza de un nuevo Pentecostés, para instaurar cada día, más y mejor, el Reino de Dios en el mundo y  en el corazón de cada persona… “En tu nombre echaré las redes” (Lc. 5, 5).